Ramón Granada, planeador táctico de producción en Ecopetrol, explica cómo surgió la posibilidad de usar gas licuado de petróleo (GLP) como diluyente y su impacto en la industria.
Los costos en la industria de hidrocarburos son altos en todas las fases de un proyecto. Ser competitivos en este sector y específicamente en el nicho de transporte, al que pertenece Ocensa, supone una mejora constante para ofrecer nuevas alternativas a los clientes que faciliten el transporte de crudo y alivianen sus costos.
Ocensa opera y mantiene el sistema de codilución del Oleoducto de los Llanos Orientales, un sistema que inyecta GLP como codiluyente del crudo Rubiales, reduciendo el requerimiento de naftas y otros insumos de alto valor.
Hablamos con Ramón Granada, planeador táctico del departamento de aseguramiento de producción de Ecopetrol. Con una amplia trayectoria en el sector de hidrocarburos, Granada es una voz autorizada en la industria y uno de los gestores del proyecto de codilución GLP.
Ramón Granada: Este fue un proyecto que Ecopetrol propuso desarrollar con el apoyo de ODL y Ocensa. En 2008 Ecopetrol estudió la posibilidad de construir un mejorador de crudos pesados como los que se tienen en Canadá o Venezuela. En ese proceso comprendimos que parte de los productos de mejoramiento de crudo eran el propano y el butano, y en algunos casos se indicaba que el butano podría ser incorporado al crudo y mejorado.
Desde el 2008 empezaron una serie de estudios a nivel de planta piloto para determinar la factibilidad técnica de hacer esa mezcla. En 2013 empezaron las pruebas a escala industrial en la refinería de Barrancabermeja. Luego nos propusimos llevarlo a una escala mayor aquí en los Llanos.
Ramón Granada: Nos encontramos sobre los yacimientos de Cusiana y Cupiagua. Estos son activos de gas retrogrado que tienen en el yacimiento un equilibrio entre crudo, GLP, gasolinas naturales y gas. Son activos que producen corrientes livianas tanto en crudo como en otros productos. Lo que hacemos es recibir en la superficie lo que tenemos en el yacimiento y hacemos una separación de las corrientes. Separamos el crudo del gas y en el proceso de adecuar ambos productos para las condiciones de venta final, obtenemos unas corrientes que ni pueden ser vendidas como crudo, ni pueden ser vendidas como gas, entonces construimos unas plantas que nos permiten generar corrientes adicionales como el GLP.
Ramón Granada: La capacidad que tiene para diluir crudos pesados. Lo que hacemos es poner en contacto íntimo el crudo pesado que Ecopetrol produce al oriente del Meta en los activos de Rubiales, Caño Sur y Apiay, con el GLP que producimos en la planta de GLP de Cusiana. Esta mezcla, de alguna forma, empuja a un nivel antes desconocido las fronteras de dilución de Ecopetrol en Colombia.
Ramón Granada: Ha servido para sustituir cantidades importantes de nafta que de otra manera tendrían que ser importadas a través del puerto de Pozos Colorados y traídas por carrotanques desde el Magdalena Medio hasta la estación Cusiana, en Casanare.
Hay beneficios económicos para Ecopetrol y la industria porque esta sustitución de nafta representa un ahorro muy importante a la empresa dados los altos costos de los diluyentes comparados con los costos del GLP. Asimismo, hay beneficios ambientales dada la reducción significativa de vehículos usados para poner el diluyente en Cusiana.
Es un proyecto que acaba de nacer en noviembre de 2021 y que tiene expectativas de seguir creciendo. De allí que Ecopetrol, ODL y Ocensa van a seguir buscando cómo llevar más allá esta iniciativa. Es un proyecto que nos hace sentir orgullosos.